martes, 9 de septiembre de 2014

Llamada Urgente de Jesús, el Santísimo Sacramento, a la Humanidad.

¡Quien por Cualquier Motivo Interrumpa el Ciclo Vital, Será Anatema y Cargará con Su Culpa Él Mismo y Sus Descendientes, A Menos Que Confiese, Se Arrepienta y Expíe Su Culpa!

Paz a vosotros, hijos míos

La vida debe ser respetada como un don de Dios, y no debe haber ninguna exención entre mis criaturas. Ningún ser humano puede, por ningún motivo, quitar la vida a otro ser humano. Para cualquier persona que esté en agonía o muerte cerebral debe respetarse su vida, hasta que se haga la Voluntad de Dios. El doliente no tiene derecho a dar ordenes de acabar con la vida y ningun profesional medico puede tomarla. ¡Insensato! ¿Quién eres tú para decidir el destino de otro ser humano? Sólo Dios puede dar o quitar la vida, ¡sólo Dios tiene poder sobre el destino de los hombres! ¿Por qué interrumpes la voluntad divina? ¿Qué sabes tú de los planes que Dios tiene para cada alma?

Cuando una persona agoniza lentamente, es porque la estoy purificando, para que su paso por la eternidad sea más llevadero o vaya directamente al reino de mi Padre. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, ¿quiénes sois vosotros, hijos de Adán, para cuestionar mis planes? ¿Por qué jugáis a ser dioses, hombres de barro? En verdad os digo que quien interrumpa por cualquier motivo el ciclo vital de otro ser humano es culpable y pagará por ello cuando llegue a la eternidad.

¡Condeno todas las prácticas que van contra la vida! ¡Basta de eutanasia, profesionales de la medicina!

Recordad que jurasteis respetar la vida como don de Dios; ¿o es que acaso habéis olvidado el significado de vuestro voto? Si practicáis la eutanasia, estáis cometiendo un asesinato e incumplís mi quinto mandamiento, que dice: «¡No matarás!». Respeta la vida, que es un don divino y no puede ser interrumpida por la mano del hombre. Quien por cualquier motivo interrumpa el ciclo de la vida, será anatema y cargará con su culpa él mismo y sus descendientes, ¡a menos que confiese, se arrepienta y expíe su culpa! Recordad que sois templo del Espíritu Santo y que estos templos no pueden ser destruidos por mano humana.

¡Malditos los que legislan contra la vida! ¡Malditos los que matan la vida en el vientre de las mujeres! ¡Malditas sean las madres que ordenan asesinar en sus vientres a sus propios hijos! Os digo a menos que os arrepintáis, confeséis y expiéis vuestro pecado, llevaréis con vosotros la sangre derramada de mis inocentes, y será vuestro pasaporte a la muerte eterna.

¡Oh vosotros, hombres y mujeres que hacéis cirugías o utilizáis diferentes métodos abortivos para negar la vida a otro ser humano! Os digo que si no os arrepentís, confesáis y reparáis por ello, también recibiréis vuestro pago en la eternidad, y habrá llanto y crujir de dientes.

Oh joven rebelde y pecador que rompes a diario mi sexto mandamiento, ¡vuelve a mí y arrepiéntete de corazón, porque tus fornicaciones y actos impuros te están llevando al infierno! ¡El infierno está lleno de jóvenes que por su rebeldía no quisieron escucharme! Guardad la castidad, pedídmela y os la daré; buscad a uno de mis sacerdotes, confesaos y enmendad vuestros pecados de la carne para que mañana tengáis vida eterna. Te recuerdo que el sexo sólo está permitido dentro del Sacramento del Matrimonio en una pareja de hombre y mujer que se prometen amor en el altar de Dios y cuya finalidad es la procreación y multiplicación de la especie. Cualquier relación sexual antes del matrimonio es fornicación y cualquier relación sexual fuera del matrimonio es adulterio; son pecados que si no confiesas y expías, te llevarán a la muerte eterna.

Endereza tu humanidad pecadora andante y deja de quebrantar mis preceptos para que no tengas que lamentarte mañana. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Vuestro Maestro: Jesús, el Santísimo Sacramento, el Amado que no es amado.

Da a conocer mis mensajes a toda la humanidad.