martes, 2 de septiembre de 2014

La Llamada de Jesús, el Buen Pastor, a Su Rebaño.

Millones de Almas Recibirán la «Advertencia» de Mi Padre, ¡Sin Estar Preparadas!

Mi paz sea con vosotros, ovejas de mi rebaño.

La vida de mi vicario está en peligro, fuerzas ocultas dentro del Vaticano planean atentar contra su vida.

Hijos míos rezad para que estos planes sean desbaratados, y mi vicario pueda llevar a cabo su misión de reformar mi Iglesia, tan desacreditada y atacada incluso por aquellos que se hacen llamar mis servidores y ministros. Reza también por los gobernantes de las naciones poderosas que están planeando la guerra y el reparto del botín. ¡Oh, qué dolor siente mi corazón por el luto que vestirá a mi creación en los días que se aproximan!

El orgullo de los reyes de este mundo y su ansia de poder y expansionismo dejarán una huella inborrable de lágrimas, destrucción y muerte, que si no hay intervención divina la creación entera desaparecerá. El Cielo está triste por todos los acontecimientos venideros que se desencadenarán en la Tierra y más sabiendo que la inmensa mayoría de la humanidad no está preparada espiritualmente y hay muchas almas que se perderán, porque están más preocupadas por las cosas mundanas que por su propia salvación.

Millones de almas recibirán la «Advertencia» de mi padre, ¡sin estar preparadas! ¡Pobres almas, su paso por la eternidad será muy doloroso y muchas no volverán! Hijos míos, me siento triste también por aquellas almas pecadoras que al volver de la eternidad continuarán en su maldad y pecado, y finalmente se unirán a mi adversario para atacar a mi pueblo y decir no al Dios de la vida. ¡Os digo, hijos míos, que el infierno y sus demonios están asombrados por la maldad de esta generación del final de los tiempos! Oh generación impía y pecadora que se niega a escuchar la voz de Dios a través de sus profetas y se niega a cumplir sus preceptos. Los demonios no tienen necesidad de inducir a esta generación a la maldad y al pecado, porque esta generación está haciendo su trabajo. Oh generación malvada, no seréis ni siquiera un recuerdo, ¡el infierno os espera!

Mi pequeño juicio está cerca, preparaos para pasar por la eternidad; recordad que vendré como ladrón en la noche, que os encuentre despiertos y con las lámparas encendidas, para que podáis recibirme. Mostraré a mis almas fieles el cielo para que volviendo a este mundo den testimonio de ello, y muchas almas al oír su testimonio volverán, especialmente los tibios retomarán el camino de la salvación.

Se acerca el día en que daréis cuenta de todas vuestras profundidades en este mundo; permaneced en mi gracia; recibid cuanto más mejor mi Cuerpo y mi Sangre, para que llamando a la puerta de vuestras almas, sean brillantes como crisoles por todas las comuniones tomadas en gracia de Dios. Preparad a mi rebaño, porque los acontecimientos escritos en mi santa palabra se acercan. El cielo y la tierra pasarán, pero mi palabra nunca pasará. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Tu Maestro y pastor: Jesús, el Buen Pastor.