Martes, 17 de abril de 2007

En casa de Marie, después de la Comunión, pude ver un pequeño ciborio que contenía muchas Hostias consagradas, cubierto con un velo. Entonces vi algunas velas encendidas a cada lado del ciborio, representando la luz de los ángeles. Jesús dijo: “Mi pueblo, tienen el mayor regalo de Mí dado a ustedes en Mi Santísimo Sacramento. Estas Hostias consagradas Me permiten entrar en su corazón y alma para poder compartir Mi amor con ustedes de una manera espiritualmente íntima. Mis ángeles de Luz siempre están alrededor de Mi Santísimo Sacramento dándome alabanzas y gloria mientras Me cantan en Adoración. Cuando cantan Mis himnos de Adoración, se unen a Mis ángeles. Denme alabanzas y agradecimiento cada vez que Me reciban en la Sagrada Comunión, y agradézcanme por Mis muchos regalos cada vez que vengan a adorarme Mi Santísimo Sacramento en Adoración o en Mi tabernáculo. Mi Eucaristía los alimenta con Mi Pan celestial y Mi gracia los sostiene en las tentaciones y cura las heridas de sus pecados. Manténganse cerca de Mí en todo lo que hacen para poder crecer en su santidad.”