Queridos hijos, ¿no les dije ya que los protegería de todo y de todos? No permitiré que nadie detenga Mis Planes. Sigan orando, amados, para que yo siempre esté ahí cuando Me necesiten.
Hoy, Mi Presencia se manifestará muy fuertemente en ustedes. Tocaré a muchas personas y destruiré las barreras de sus corazones endurecidos. ¡Arrancaré tristezas, rencores e incluso odio de sus corazones! Todo lo que tienen que hacer es orar con el corazón abierto.
No teman. Dejen que Mi Hijo actúe en ustedes, y todos serán sanados de sus traumas y problemas. ¡Entréguense al Espíritu Santo!
Les dejo la paz. ¡Oren! ¡Oren! ¡Oren!"