domingo, 5 de enero de 2014

A los Sacerdotes

Mensaje de San Juan Vianney, Cura de Ars y Patrono de los Sacerdotes dado a la Vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

Llega San Juan Vianney, el Cura de Ars. Dice: «Alabado sea Jesús».

"Sé que este Ministerio es ecuménico: abierto a todas las personas y a todas las naciones. Comprende que los católicos también pueden ser ecuménicos. Este es un punto turbio, en el mejor de los casos, en muchos corazones. Pero hoy vengo a hablar específicamente a los párrocos, puesto que soy su patrono*.

"Comprended, hermanos míos, que sois sacerdotes, no para vosotros mismos, sino para todos los demás. Tu vocación es un don de Dios para la salvación de las almas, incluida la tuya. Como tal, vuestra atención debe centrarse en llevar los sacramentos a la gente. No dejéis que vuestros corazones se centren en amistades, gratificaciones o preocupaciones frívolas del mundo. No améis el dinero ni la popularidad. Si sois llamados a algún rango, que no os consuma el amor al poder. No gobiernes, sino pastorea, sin inclinarte hacia el control, sino para conducir a la salvación. Nunca desalientes la oración, especialmente el rezo del Santo Rosario. Construid, no derribéis el Reino de Dios".

"Vuestros propios corazones deben estar bien formados en la Tradición y centrados en la Presencia Real en la Sagrada Eucaristía. Pasad tiempo con Jesús. Dejad que Él sea vuestro Confidente y vuestro Todo".

"Dios os ha dado almas para conducirlas a la salvación. Tomaos en serio esta llamada. Dios te hace responsable, no sólo de tu propia salvación, sino de lo que haces -o no haces- para guiar a los demás. Define el pecado como pecado desde el púlpito, aunque estos pecados se hayan convertido en cuestiones políticas. Llama a todas las personas a vivir los Diez Mandamientos. Tómate en serio la educación de tus pupilos, más en serio que los ingresos o la estima".

«Por último, responsabilízate de alimentar a tu rebaño con la Verdad».

* Durante el Año Sacerdotal (2010), el Papa Benedicto Xvi declaró a San Juan Vianney patrón de todos los sacerdotes (parroquiales y religiosos).