Sábado, 11 de junio de 2005

San Tomás de Aquino dice: "Alabado sea Jesús."

"He venido para ayudarte a entender los peligros del orgullo espiritual. Este orgullo es una amenaza real en el camino de la santidad. Es un engaño del espíritu inspirado por Satanás para hacer creer al alma que está mucho más profundo en las Cámaras del Amor Divino de lo que realmente está. Tal alma está ansiosa por creer que ha sido llevado a las profundidades de la unión cuando en realidad solo se le ha dado 'dulces espirituales' para ayudarle a comenzar el viaje."

"El amor propio desordenado le hace creer que es más santo de lo que es. Este mismo amor propio le inspira a pensar que está teniendo favores místicos que lo colocan muy por encima de los demás. Cuando Dios concede un verdadero misticismo, el alma desea el anonimato. Atesora el secreto y abraza la pequeñez infantil. Tal santidad genuina no desea ser reconocida, y nunca se demuestra para la atención de los demás. El alma verdaderamente santa desea el anonimato."

"Hay muchos que sienten que deben hablar de sus dones para que sean reconocidos como santos. Están decepcionando a Jesús. Lo que Jesús da debe estar entre Él y el alma, y su director espiritual."