Trae todo ante Dios Padre y en confesión.

Hijo mío. Querido hijo mío. Los corazones de muchas personas se han enfriado. Tú, hijo mío, lo sientes especialmente. No te entristezcas y reza para que estos corazones también encuentren a Mi Hijo, porque solo así, a través de todas tus oraciones, Mi Hijo y Yo podemos alcanzar tantas almas.

No es agradable para nadie ser malvado. Nunca olvides que el diablo y sus demonios tienden trampas a todos Nuestros hijos. En las situaciones más pequeñas está ahí y te ataca. Si permaneces en el amor, el adversario no tiene oportunidad, pero eso es precisamente lo que te resulta tan difícil. Intenta, sin embargo, una y otra vez y trae todo donde faltó amor (no estuvo presente) ante Dios Padre y a la confesión, para que vuestros corazones puedan ser libres y vuestras almas puras de nuevo.

Hijo mío, hay muchas pruebas pequeñas y grandes en este camino a Dios, pero quien lo recorre en el amor será ricamente recompensado. Tu Madre en el Cielo.