Queridos hijos:
Os bendigo a todos y os bendigo por ser obedientes al rezar los “Cuarenta Días” para que disminuyan en intensidad los terremotos y tsunamis. Esa es la intención que debéis mantener durante estos Cuarenta Días de Oración, para lo cual habéis sido convocados juntos.
Queridos hijos de Mi Hijo, ¡cuánto os amo!
Sois el Cuerpo Místico de la Iglesia de Mi Divino Hijo, del que Mi Divino Hijo es la cabeza. Cada uno de vosotros forma parte del Cuerpo Místico de la Iglesia de Mi Divino Hijo (Cf. I Cor. 12:12-27; Col. 1:18).
OS AMO, HIJOS, OS AMO. VOSOTROS, LOS LAICOS, FORMÁIS EL CUERPO DE LA IGLESIA DE MI DIVINO HIJO, Y LA IGLESIA ES SANTA PORQUE LA CABEZA ES SANTA. MI DIVINO HIJO ES SANTO. DEBÉIS COMPRENDER ESTO, HIJOS, PARA QUE NO OS CONFUNDÁIS.
Queridos hijos, avanzáis en Adviento hacia el Nacimiento de Mi Divino Hijo y hacia el nacimiento de tantos de Mis hijos que regresan a la Iglesia de Mi Divino Hijo. Tantos de Mis hijos nacen a una nueva vida mediante la conversión; por eso, la llamada es a orar y ser conscientes de lo que significa formar parte de la Iglesia de Mi Divino Hijo: nacer de nuevo en gracia por amor para ser más espirituales y menos mundanos.
Desde la Columna (*) hasta Mi última Aparición en la Tierra, os llamaré a vivir con Mi Divino Hijo como el centro de vuestra vida; cada uno debe ser un hijo de Mi Divino Hijo y saber que por medio de Mi Divino Hijo sois salvados ( Cf. Ef. 2:8-9; Hech. 4:12).
INTERCEDO ANTE MI DIVINO HIJO POR VOSOTROS Y OS LLEVO A MI DIVINO HIJO.
SOY LA MADRE DE DIOS EL HIJO, PERO NO SERÉIS SALVADOS POR MÍ, SINO QUE OS LLEVO A MI DIVINO HIJO, CUMPLIENDO EL MANDATO DE HIJA DE DIOS PADRE Y TEMPLO Y TABERNÁCULO DEL ESPÍRITU SANTO.
Queridos hijos de Mi Divino Hijo, debéis seguir creciendo en el espíritu (Cf. Col. 1:10) para alcanzar la gracia de una fe mayor, que es necesaria para todos en este tiempo.
Los eventos derivados de la Tribulación continúan, los cuales ya han comenzado como Mi Divino Hijo y Mi amado Arcángel San Miguel os indicaron.
La actitud de las criaturas humanas ha cambiado. Una gran parte aún permanece alejada de Mi Divino Hijo. No son los mismos, sino más agresivos. Por eso, como Madre, os llamo a saber mantener la dignidad de hijos de Mi Divino Hijo.
Sois Mis hijos. Os recibí al pie de la Cruz (cf. Jn. 19:26-27). Desde entonces, os he protegido y anunciado cuánto debéis protegeros durante Mis verdaderas Apariciones en la Tierra, sin dejaros solos ante la constante amenaza del Diablo. Tenéis la seguridad de Mi Protección si sois fieles a Mi Hijo y cumplís con la Ley y los Sacramentos.
Permaneced en estado de gracia, pues la humanidad se acerca a los grandes eventos anunciados a lo largo de la historia humana: caerá fuego del cielo, veréis fragmentos de cuerpos celestes colisionar, el viento irá acompañado por una niebla que os impedirá ver lejos, y las explosiones volcánicas submarinas cambiarán el agua de los mares, haciéndola hostil para las criaturas humanas. Entre los volcanes submarinos está el ubicado en la Costa Oeste de Oregón, que causará temor en la Costa del Pacífico.
El sol, hijos, continúa emanando sus tormentas (1) y mantiene a la Tierra recibiendo constantemente llamaradas solares que influyen en el movimiento de los terremotos. Estad alerta ante la llegada de apagones causados por la actividad solar.
Hijos, os hablo con Amor Maternal para que no olvidéis que debéis prepararos materialmente (2) y sobre todo espiritualmente (3) para enfrentar lo que resulte de la Purificación.
Sin olvidar que como Madre de la Humanidad os protejo, San Miguel Arcángel con Sus Legiones está listo para defenderos, y Mi Divino Hijo acude en auxilio de sus hijos, quienes son Propiedad Divina.
ESTE DICIEMBRE 8VO, OFREZCO UNA BENDICIÓN ESPECIAL A TODOS MIS HIJOS QUE ASISTAN A LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DESPUÉS DE CONFESARSE Y RECIBAN A MI DIVINO HIJO EN LA SANTA EUCARISTÍA, CONSCIENTES DE QUE ESTÁN RECIBIENDO AL "REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES"
MI BENDICIÓN ESPECIAL ES PERMITIDA POR DIOS PADRE Y CONSISTE EN MAYOR FORTALEZA PARA RESISTIR EL PECADO, SIEMPRE QUE CONTINÚEN ASISTIENDO A LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DIARIA, DEBIDAMENTE CONFESADOS Y RECIBIENDO A MI HIJO EN LA EUCARISTÍA Y AMANDO AL PRÓJIMO.
Hijitos míos, os amo con amor maternal, os llevo cerca de Mí.
Mamá María
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
(*) La Virgen del Pilar se apareció al Apóstol Santiago el Mayor en el año 40 D.C. en Zaragoza, España.
(1) Sobre la actividad solar, lee...
(2) Libro I "Todo está dicho por Mi Casa, preparación física y material," descarga...
(3) Libro II "Todo está dicho por Mi Casa, preparación espiritual," descarga...
COMENTARIO DE LUZ DE MARÍA
Hermanos:
En este derramamiento del amor de una Madre por sus hijos, la Bendita Virgen María, Madre de Dios y nuestra Madre, nos guía por senderos espirituales hasta llegar al clímax cuando reafirma que no es Dios, sino Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa del Espíritu Santo.
¡Cómo se avivan los corazones de los hijos de María Santísima!
Esta Madre que recibimos a través de Juan al pie de la Cruz, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y nuestra Madre, merece todo nuestro amor, nuestro corazón, nuestros pensamientos y nuestra obediencia.
Hermanos y hermanas, una vez más vemos la gran humildad de Nuestra Madre cuando, en Cana de Galilea, Ella le pide a Su Hijo el primer milagro y Él responde: "mujer, mi hora aún no ha llegado", pero posiblemente Nuestra Madre lo miró con ojos de amor infinito y Jesús, su Hijo, hizo lo que su Madre le pidió. Así sentimos el amor que Nuestro Señor Jesucristo profesa por Su Santísima Madre y el lugar que Él le da ante los hombres. Recordemos que en esta historia de Amor Eterno, la vida de cada uno de nosotros debe estar centrada en Cristo y no solo en María Santísima, como Nuestra Madre nos ha mencionado en innumerables ocasiones.
Grande es la santidad de Nuestra Bendita Madre, esa santidad y humildad que llevarán a Su Inmaculado Corazón al triunfo por la Gloria de la Trinidad y el bien de los hijos de su Divino Hijo.
Y como si esta catequesis que Nosotra Bendita Madre nos da sobre Su Divino Hijo no fuera suficiente, Ella culmina llamándonos a estar atentos a las señales y signos de este momento. Pero nos ofrece una bendición muy especial, que es resistir el pecado si permanecemos en gracia y hacemos lo que Nuestra Madre nos dice. Esta bendición de tener mayor fuerza para resistir el pecado es lo que necesitamos, y debemos cumplirla participando en la Celebración Eucarística, confesándonos, recibiendo la Comunión y viviendo amando a nuestro prójimo.
¡Qué gracia maternal concedida por la Santísima Trinidad!
Hermanos, quizás cada uno de nosotros podría cantar el Gloria en respuesta a tal demostración de bendición materna.
Amén.