Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 9 de febrero de 2014
Mensaje de Dios Padre Eterno - 229ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

Mira El Video De Esta Aparicion:
Contiene:
Cenáculo Festivo Del 23 Aniversario De Las Apariciones De Jacarei
Proyección De La Película Lourdes 3
Conferencia Sobre El Comienzo De Las Apariciones
Aparicion Y Mensaje Del Divino Padre Eterno
Jacareí, 9 de Febrero de 2014
Conmemoración Del 23º Aniversario De Las Apariciones De Jacareí
229ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora
Mensaje De Dios Padre Eterno
(Marcos): "Mi Señor y mi Dios, mi creador y mi todo, te amo con todo Mi Corazón. Te pido que aumentes aún más mi amor, y el amor de todos los que estamos aquí presentes, por Ti, para que seamos Santos a Tus Ojos. Y que nuestros corazones Te amen y Te sirvan todos los días de nuestra vida en santidad, en fidelidad y con todo el amor del que seamos capaces, para que así, oh Padre, se haga en nosotros Tu Voluntad y seamos lo que Tú quisiste que fuéramos desde el principio, cuando nos creaste. La razón de mi vida, la razón de mi ser, mi origen, mi Dios. Aquel de quien vengo, de quien procedo, Te amo y Te adoro y Te entrego ahora mi corazón y el sí de este corazón que nada desea más que si no, amarte.
¿Puedo pedirte lo que quiera? Entonces te pido por la salvación eterna de todos los que hoy están Aquí.
Gracias Señor, diré a todos que si no pecan, que si no van contra tu voluntad, que si no lo estropean todo con el pecado, tendrán todas las gracias que necesitan para su salvación y ciertamente se salvarán.
Sí, diré, diré que darás Gracias Especiales a los que están Aquí para que se salven".
(Dios Padre): "Amados hijos Míos, Yo, el Padre, vuestro Creador me alegro de estar con vosotros una vez más y daros Mi tercer Mensaje y Mi tercera Bendición.
No podéis imaginar cuánto os amo y lo queridos que sois para Mí. Sois Mis elegidos, elegidos para estar aquí en Mi Hora.
En verdad os digo: Mi Hora ha llegado, y por eso vengo a Jacareí para deciros que os amo y que quiero vuestra salvación cueste lo que cueste. No vengo a condenarte, sino que vengo a ayudarte. No vengo a echaros en cara vuestras culpas, aunque sería correcto y justo hacerlo. Pero vengo sólo para tenderos Mi Mano y deciros que el Cielo está abierto para vosotros, que la salvación se ha acercado a vosotros y que podéis alcanzarla con vuestras propias manos.
Todo lo que tienes que hacer es darme tu «sí», todo lo que tienes que hacer es entregarme tu corazón, y Yo te transformaré en esa obra maestra, perfecta y maravillosa que tanto deseé que fuera el hombre desde el principio, obra que fue estropeada por el pecado, arruinada por Satanás, Mi enemigo. Pero que en la Virgen María, Mi Hija amadísima y Madre de Mi Divino Hijo, he restaurado, he creado perfecta y bella, esplendorosa y gloriosa para que todos veáis en Ella, la belleza, la gloria, la perfección y la santidad que deseo de todos vosotros.
Venid a Mí y Yo os santificaré; ¿qué hay imposible para Mí, Yo que soy Dios, que abrí el Mar ante Moisés y el pueblo elegido? ¿Qué habrá imposible para Mí, Yo que soy Dios, que hice brotar agua de una roca para abrevar a Mi pueblo? ¿Yo, que hice caer Maná del cielo para saciar el hambre de Mi pueblo elegido, Mis hijos? ¿Qué habrá imposible para Mí, Yo que hice que el aceite de la viuda de Sarepta no se acabara nunca por medio del Profeta Elías? Yo, que en verdad soy el Dios de lo Imposible, puedo santificaros con sólo un soplo de Mi Boca.
Quiero hacerlo, pero quiero tu «sí» y tu cooperación, debes resistir al pecado y cooperar con la gracia. Esta es la condición para que el hombre se salve, no te exijo que hagas grandes obras, sólo que resistas al pecado y colabores con la gracia.
Si renuncias al pecado y aceptas Mi Gracia, esforzándote cada día por vivir según Mi Voluntad, el resto lo haré Yo. Porque no está en tu poder vencer sólo al demonio y al pecado, sino que está en Mi Gracia. Y Mi Gracia la daré a quien vea dispuesto, deseando Mi Gracia y colaborando con esta Gracia para que triunfe en su corazón.
Esto es todo lo que deseo: docilidad a Mi Gracia. No es imposible, ni difícil. No digas que lo que te pido es demasiado elevado para ti, porque nunca he pedido cosas imposibles al hombre, sólo le pido docilidad a Mi Gracia y el resto lo hará esta Gracia.
Te amo mucho y quiero tu conversión hoy. No seáis recalcitrantes como lo fue Mi pueblo elegido siguiendo a Moisés en el desierto. Aquel pueblo recalcitrante contra todo lo que Yo hacía bien por ellos, si les enviaba Maná, se quejaban, si les enviaba agua de una roca, se quejaban. Y nada les satisfacía, nada les satisfacía, y por nada Me daban honor, gloria y alabanza.
Mis Palabras fueron rechazadas por ellos, Mis mandamientos fueron rechazados por ellos, hasta el punto de que Mi siervo Moisés les arrojó las Tablas de los Mandamientos.
No seáis duros de corazón, no seáis duros de corazón, no seáis duros de cabeza como aquella gente. Pero ten en tu corazón la docilidad que busco, la obediencia que busco, la cooperación y correspondencia que busco.
Estoy cansado de buscar por toda la tierra con María, la colaboración, el amor, la obediencia, y no lo encuentro. Al menos aquí, en ti, que pueda encontrar en ti el «sí» de María, presente todo el tiempo, que se me dé todo el tiempo con Ella, a través de Ella y en Ella, pues eso es todo lo que busco de ti, tu «sí».
No seáis como aquellos elegidos del desierto a los que tanto amé, pero que continuamente Me traspasaban con sus palabras rebeldes, su terquedad y su desobediencia que les hacían tan indignos de Mi Gracia.
Renuncia a esa naturaleza maligna, a esa naturaleza corrompida, a esa naturaleza semejante a la que Yo expulsé de Mi presencia en el Cielo y transformé en el más abyecto de todos los seres del universo, el rebelde del principio.
No te parezcas a él, ¡no! Asemejaos a María, que es la que siempre he encontrado: el amor, la colaboración, el sí. Ella, con la que he podido contar en todo momento para todo lo que he querido hacer. Sé así, para que Yo pueda cumplir verdaderamente Mi Voluntad en ti.
Ven a Mí y no seas como aquellas personas que mataron a Mis profetas. Envié Profeta tras Profeta, Mensajero tras Mensajero, ¿y qué hicieron esos hijos Míos? ¿A mi pueblo elegido? Los mataron uno a uno y silenciaron Mi Voz en ellos uno a uno, para que pudieran vivir tranquilos en paz con sus pecados.
Esta generación vuestra hace lo mismo con los Profetas que os envío, Mis Ángeles amados, Mis Ángeles elegidos, los Videntes de María, Mis Videntes, este hijo Mío Marcos Tadeo.
Vuestra generación los mata con sus críticas infundadas, con sus ataques viles y groseros, con sus agresiones verbales y físicas, con su libertinaje y su sordera a su voz. Esta generación los mata verdaderamente con su indiferencia, su frialdad y su dureza de corazón.
Cuántos sacuden los hombros diciendo: 'Qué me importa si Dios habla por éste o por aquél, a mí no me importa, Dios está muerto, no existe y ya no gobierna nada. No debemos esperar más que una vida corta, así que disfrutemos y experimentemos todos los goces, placeres y pecados porque pronto moriremos'.
¡Oh generación insensata! ¡Oh generación satánica! ¿Quién os ha dicho que estoy muerto? Estoy vivo, e incluso aquí os mostré en la Fiesta de la Inmaculada Concepción, de la Madre de Mi Hijo, el Milagro del Sol ante Mi Aparición para mostraros que no sólo estoy vivo, sino que nunca he estado tan cerca de vosotros como ahora.
Hice ese gran prodigio para que os convencierais de que no sólo no estoy muerta, sino que estoy viva, y de que nunca he estado tan cerca de vosotros como ahora en estas Apariciones.
Por eso, sólo no se salvará aquel que de verdad se ponga ante Mí como un bloque de piedra insensible, que sea tan malo como un demonio y que al mirarme no tenga un suspiro de amor. Porque para todos, para todos vengo aquí a extender Mi Mano y ofrecer la oportunidad de salvación.
Veréis, podría venir aquí a castigaros como merecen vuestros pecados, incluso ahora con un solo gesto podría hacer que todos vuestros corazones dejaran de latir. Y así seríais castigados en Mi presencia. Pero no quiero hacer esto, pues no soy el Dios de los muertos, sino de los vivos. Quiero que viváis en Mí, y Yo vivo en vosotros. Quiero que estéis unidos a Mí por los lazos indestructibles del Amor; es este Amor Perfecto el que quiero de vosotros. Y por eso vengo a ofreceros todas las gracias y ayudas de Mi diestra a través de María, para que seáis santos y verdaderos hijos Míos.
Venid a Mí por la oración sincera. Venid a Mí por la Oración continua. Venid a Mí por la Oración sencilla como la de Mi hijo Marcos, como la de los Pastorcitos de Fátima, como la de Mi hijita Bernadette de Lourdes, como la de los Niñitos que he elegido para que sean los portavoces ante el mundo.
Venid simplemente a Mí y Yo vendré verdaderamente a vosotros y os quitaré todas las tinieblas que os oscurecen y os llenaré de luz.
No podéis imaginar con cuánto Amor os he creado, con cuánto Amor he tejido cada órgano, cada parte de vuestro cuerpo. E incluso cuando ni siquiera eras consciente, ya te amaba desde el vientre de tu madre, y ya te predestiné a estar aquí, en Mi presencia, en la presencia de María, para que aquí recibieras toda gracia y todo bien de Mis Manos.
Tampoco puedes imaginar de cuántos peligros a lo largo de tu vida te he librado, de cuántas asechanzas de Mi enemigo te he liberado y preservado.
No puedes imaginar cuántas gracias te he dado cada día, desde el amanecer hasta la puesta del sol, desde que te levantas hasta que te acuestas. Y la mayor de todas ellas es esta de aquí, que estáis vivos para estar hoy aquí en Mi presencia escuchando esta canción de Amor que sale de Mi Corazón para todos vosotros.
Esta canción de Amor la he estado cantando Aquí en este Lugar durante veintitrés años a través de la Madre de Mi Hijo, Mi propio Hijo, Mi Espíritu, Mis Ángeles y Mis Santos.
Pero desgraciadamente en vuestros oídos hay una piedra, en vuestros oídos hay una piedra de incredulidad, de dureza de corazón, de escepticismo, de indiferencia y frialdad satánicas, que os impiden escuchar esta Canción de Amor, comprender esta Canción de Amor y corresponder a este Amor cantando esta misma Canción con Nosotros.
Por eso hoy os llamo a la verdadera conversión, al verdadero retorno a Mí, para que cantéis esta Canción de Amor Conmigo, es decir, para que seáis Santos como Yo soy Santo, para que seáis puros como Yo soy puro, para que estéis llenos de Amor como Yo estoy lleno de Amor.
Por eso he venido aquí a llamaros y a acercaros a Mí, para que nadie tenga miedo de acercarse a Mí, porque soy vuestro Padre amoroso, también soy Justo, castigo los pecados de los pecadores obstinados en esta vida y en la otra, en esta vida con sufrimientos, en la otra con el fuego del infierno.
Pero aplico el castigo sólo después de que hayan fracasado todos Mis intentos, todos Mis esfuerzos para que el pecador se reconcilie Conmigo.
Quiero que te reconcilies Conmigo, Yo soy tu Padre, el Reconciliador. Quiero que os reconciliéis Conmigo a través de María, la reconciliadora de los pecadores. Quiero que os entreguéis verdaderamente en Mis Brazos para que derrame sobre vosotros el Océano de Mis Gracias. Y así caminéis en santidad en la Tierra cada día, guardando Mis Mandamientos y viviendo rectamente ante Mis Ojos.
Vuestras familias se han convertido en guaridas de pecado, guaridas de demonios, nidos de serpientes infernales. Están completamente devoradas por Mi enemigo, porque habéis desterrado la Oración de vuestros hogares. Y habéis puesto en su lugar sólo programas y música indecentes, lecturas inmorales, juegos y todo lo que pueda distraeros y alejaros de Mí, que Soy la única Fuente de Paz para vosotros y vuestras familias.
Volved a Mí porque quiero restaurar vuestras familias, quiero sanarlas para que se vuelvan santas, hermosas, llenas de amor y de paz, de unidad, y vuestras familias se conviertan en lo que Yo quise que fueran cuando las creé: jardines de amor, de santidad, que Me ofrezcan almas llenas de amor en las que Yo pueda hacer maravillas.
Quiero almas llenas de Amor, quiero niños, jóvenes, hijos puros llenos de amor por Mí para que pueda hacer Mis maravillas en ellos y a través de ellos mostrar al mundo entero Mi Rostro lleno de Amor y el deseo de salvar a todos.
Vosotros mismos habéis despreciado a menudo Mi Amor, habéis despreciado la herencia que os había dado desde vuestro bautismo, habéis despreciado todos los bienes más sublimes que os ofrecí cuando os tomé como hijos Míos. Y habéis despreciado el Cielo que os preparé, para aceptar las ofrendas nefandas e impuras de Mi enemigo. Por unos instantes de placer, de pecado, por una pequeña y sucia satisfacción, cambiasteis toda la herencia que os había preparado. Escupisteis en Mi rostro con desprecio, despreciando Mi Amor y rechazándome de vuestras vidas.
Y Yo, con Mi Corazón roto y aplastado por vosotros, lloré por vosotros, e incluso cuando quise condenaros, enviaros un castigo repentino por vuestra ingratitud, no pude hacerlo. Porque María, vuestra Madre, vuestra abogada, estuvo llorando lágrimas de Sangre ante Mí y suplicando por vosotros, suplicando por vuestra salvación, pidiendo que entonces descargara Mi Justa Ira sobre Ella, pero perdonara a Sus ingratos Hijos. Y Yo entonces, os perdoné con un Corazón lleno de Amor por Ella.
Ved cuánto os ama, y ved también cuánto la habéis traspasado con vuestros pecados, cuánto la habéis hecho sufrir. No seáis más perros desagradecidos hijos Míos, porque todos aquellos que sean perros desagradecidos serán desterrados de Mi Reino, serán desterrados de Mi Mesa, y no se sentarán con Mis Elegidos en Mi Reino para saborear el Banquete Eterno que os preparo a todos.
Sed fieles, sed agradecidos, y en todo tiempo y lugar dadme gracias a Mí, a María, porque hemos tenido para vosotros una Misericordia casi ilimitada y casi infinita, y ni lo hacéis, ni os habéis dado por enterados. Ahora es el momento de demostrar con hechos que sois reconocidos.
Quiero que salgáis, quiero que viajéis por todo el mundo llevando Nuestros Mensajes, llevando a cada familia Mi llamada a la conversión que os hago aquí. Llama a todos, llama a todos para que vengan a conocer Mi Amor, a conocer Nuestros Mensajes dados aquí, porque quiero salvar a todos. Y porque el tiempo que os he dado para vuestra conversión está ahora verdaderamente en los últimos granos de arena, casi todos cayendo. Y pronto Mi Misericordia dará paso a Mi Justicia para poner freno a todos los pecados que estos hombres trastornados y amigos de Mi enemigo cometen ahora sin cesar.
Ya no puedo soportar tanta iniquidad, Mi Paciencia está agotada, ya no puedo tolerar tantas crueldades cometidas contra María, contra Mi Hijo.
Ya no puedo soportar tantas traiciones, la Verdad revelada a través de Mi Hijo, a través de María, a través de los Apóstoles en Mi Iglesia.
Ya no puedo soportar la traición de los mismos pastores que elegí, del pueblo que amé, consagrado a través de Mi Hijo.
Ya no puedo tolerar las traiciones del pueblo redimido por Mi Hijo.
Ya no puedo tolerar tanta iniquidad, tantos pecados y tantas transgresiones de los Mandamientos que Yo mismo os he dado.
Mi Ley es pisoteada y Mi Nombre es blasfemado, insultado e incluso maldecido cada día. Por eso, vendré a poner el freno definitivo a todas estas barbaridades, y purificaré la faz de la Tierra con Mi fuego, y después de ello, será una Tierra de Paz, una Tierra de Amor. Y vosotros que sois fieles, entraréis en esta Nueva Tierra, entraréis en este nuevo mundo, Mi mundo, el mundo de María. Y entonces todas vuestras lágrimas serán enjugadas, nunca más sufriréis, nunca más seréis acosados por Mi enemigo, ni por ningún daño físico o espiritual. Vivirás un tiempo muy largo, muy grande, muy hermoso y muy intenso de felicidad, de santidad.
No habrá más pecado, impureza, pereza, lascivia, avaricia, orgullo, guerras, violencia y todo tipo de mal será desterrado con su autor a las llamas de donde nunca más saldrán.
Y viviréis la verdadera vida en Mí, en toda su plenitud ya en carne mortal como los bienaventurados viven Conmigo en el Cielo. Experimentaréis deleite en vuestros corazones, cuando recéis sentiréis Mi presencia de una forma nunca antes experimentada en la humanidad. Experimentaréis una unión Conmigo similar a la que experimentaron Moisés y Mis profetas. Estaré en vosotros y vosotros estaréis en Mí, viviré en vosotros y viviréis Conmigo, os guiaré como guié a Mi pueblo elegido en el desierto.
Así será vuestra vida Conmigo después de Nuestro Triunfo, así que esforzaos, hijos Míos, por renunciar al pecado y convertiros, pues no podéis imaginar las maravillas que os preparo en la vida venidera y en la maravillosa gracia del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra que estoy preparando y que pronto os traeré.
Cada uno de los que estáis aquí habéis sido elegidos y escogidos para esta gracia, no lo estropeéis todo con el pecado, ahora que queda tan poco tiempo para llegar a esta Tierra Prometida que os estoy preparando, a esta vida maravillosa Conmigo, a este tiempo de Santidad y de Paz.
Amad el Rosario de María, porque los que aman Su Rosario, así como todos los Rosarios y Horas de Oración que Ella os ha dado, llevan en la frente Su Señal y Mi Señal. Os reconozco como Mis elegidos dondequiera que estéis y dondequiera que vayáis, y Mi Mirada se fija continuamente en ellos para guardarlos, iluminarlos, protegerlos, defenderlos y librarlos de todo mal.
En vuestras tribulaciones y sufrimientos no digáis: “Dios no existe, Dios me ha abandonado, Dios me ha permitido sufrir porque Él ya no está”. Oh, no! Cuando sufres, Yo sufro contigo. Cuando lloras, me compadezco de ti. Y cuando eres aplastado bajo la cruz, me inclino sobre ti para consolarte, como me incliné sobre Mi Hijo caído en el camino del Calvario. Y así como Yo me incliné sobre Él para consolarlo, así María también se inclinó sobre Él para consolarlo. Y Ella también se inclina para consolarte en tu sufrimiento. No estamos lejos de ti en tu sufrimiento, aunque permanezcamos en silencio.
Pero Nosotros estamos ahí contigo, y podrás sentir Nuestro Amor, si con Fe te mantienes firme, resistes, tienes paciencia y comprendes que ciertas cruces que Yo te permito, te las permito, no porque te odie, sino porque te amo, porque es la única manera de purificarte del pecado y acercarte a Mí.
Cree esto, y el sufrimiento dejará de ser un enemigo y se convertirá en un puente que te acercará a Mí.
Os quiero mucho, quiero vuestra salvación cueste lo que cueste, no matéis más a Mis profetas como hacía el pueblo del Antiguo Testamento, escuchad lo que Mis Mensajeros, los Mensajeros de María os dicen en Mi Nombre.
Seguid el camino de la Oración, de la Renuncia y de la Penitencia, que a través de ellos os he enseñado y mostrado, porque éste es el único camino, un camino estrecho que conduce a la vida, y pocos de vosotros entráis por él, o queréis ir por él. Pero no os engañéis, porque detrás del camino ancho y espacioso de los placeres mundanos que os ofrece Mi enemigo está su número «666», el número de la bestia. Y los que van por este camino llevan este signo en la frente, y a éstos los rechazo, porque son réprobos, han traicionado Mi Amor, y no han querido venir a Mí por el camino real de la Santa Cruz: de abnegación, de paciencia en el sufrimiento, de fe en Mí por encima de todo dolor, por encima de todo.
Yo, el Señor, os amo y ahora quiero bendeciros por María, con María y en María.
Os bendigo a todos, a vuestros familiares, a vuestros bienes, a vuestras casas, a vuestras ciudades, a vuestras tierras, a vuestras plantaciones, a vuestros negocios y a vuestras obras, para que en todo esté presente Mi Bendición y os lleve a hacerlo todo Conmigo, por Mí y en Mí, y os conduzca siempre más lejos en el camino de la santidad y del cumplimiento perfecto de Mi Plan de Amor que tengo para vosotros.
Te bendigo ahora con Amor derramando sobre ti todas Mis gracias y Bendición Paternal".
Orígenes:
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.