martes, 1 de julio de 2014

Llamada de Jesús, el Santísimo Sacramento, a Su Pueblo Fiel.

¡Se Acercan Días de Crisis en Mi Iglesia y Crisis Mundial!

Paz a vosotros, hijos míos

No descuidéis la oración, porque la guerra espiritual ya ha comenzado. Si es posible, rebaño mío, recibid cada día Mi Cuerpo y Mi sangre, o tanto como os sea posible, para que permanezcáis revestidos del poder de Dios, y así podréis repeler los ataques de mi adversario y de su hueste del mal.

Todos los que guardan mis preceptos y están unidos en oración a Mí, a Mi Madre y al ejército Celestial, forman parte de mi milicia terrestre, por lo que deben recibir diariamente mi alimento espiritual, o hacer la comunión espiritual cuando sea imposible recibir mi Cuerpo y mi Sangre, y debe ser en situaciones especiales. Todo mi ejército aquí en la tierra debe estar en Comunión con mi Espíritu, que es el dador de vida y maravilloso consejero que os guiará junto con Mi Madre hasta la victoria final.

Hijos míos, algunos de mis cardenales muy pronto se levantarán en rebelión; su rebeldía y orgullo traerán el cisma a mi Iglesia; me traicionarán como Judas. El Papa huirá de Roma y establecerá su Sede en Jerusalén. Comenzará la abominación y el hijo de perdición se sentará en la sede de Pedro. Mi Iglesia estará dividida durante un tiempo, durante ese tiempo separaré el trigo y la cizaña. ¡Se acercan días de crisis en mi Iglesia y de crisis mundial! Y en medio de esa tribulación mi Padre enviará “la advertencia”, Su pequeño juicio que os despertará y os mostrará la verdad para que toméis conciencia de la existencia de Dios y de la eternidad, y así cuando volváis a este mundo podréis luchar por alcanzar vuestra salvación. Después de «la advertencia» y «el milagro», será la batalla final entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas.

Los fenómenos celestes se intensifican; mis hijos fieles saben que son señales del cielo, pero los incrédulos y los que tienen poca fe dirán que sólo son fenómenos atmosféricos. Vuelvo a decir, que todo está planeado por los reyes de este mundo para desestabilizar la paz mundial en cadena, y está muy cerca de que eso ocurra.

Hijos míos, se acerca el momento en que ya no estaré con vosotros en el silencio de cada tabernáculo; todo tiene que cumplirse como está escrito, pero no temáis; por poco tiempo permaneceré con vosotros, pero me iré. Nos volveremos a ver en mi Nuevo Cielo y en mi Nueva Tierra, donde nadie os quitará vuestra alegría. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos porque el Reino de Dios está cerca.

Vuestro Maestro; Jesús, el Santísimo Sacramento.

Da a conocer mis mensajes a toda la humanidad.